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martes, 24 de octubre de 2017

Redefiniendo el pecado (4)







Tiempo de lectura: 3 minutos


Seguimos con la cuarta y última parte (ver parte 1, parte 2 y parte 3) del capítulo del libro de Tim KellerThe Prodigal God. La base del libro de Keller y de este capítulo está en una de las parábolas más conocidas de Jesús:Lucas 15:1-3, 11-32.



Ambos equivocados, ambos amados. 

Jesús no divide el mundo entre la gente buena y moral y la gente mala e inmoral. Él nos dice que toda persona está dedicada a un proyecto de auto-salvación, a usar a Dios y a los otros para conseguir poder y control para ellos mismos. Todos hacemos lo mismo aunque sea de formas diferentes. Aunque ambos hijos están equivocados, sin embargo, el padre se preocupa por ellos y les invita a ambos a recibir su amor y a entrar en su fiesta.

Esto significa que el mensaje de Jesús, que es el Evangelio, es del todo diferente espiritualmente. El Evangelio de Jesús no es ni religión ni irreligión, moralidad o inmoralidad, moralismo o relativismo, conservadurismo o liberalismo. Tampoco es algo justo en el centro de estos extremos, es otra cosa.


El Evangelio es un camino distinto de los otros 2: según este mensaje, toda persona está equivocada, toda persona es amada, y toda persona está llamada a reconocer estos hechos y a cambiar. En contraste, los hermanos mayores dividen el mundo en 2: “la buena gente (como nosotros) está en lo correcto, y la mala gente, que es la causante de los problemas del mundo, está equivocada” Los hermanos menores, incluso aunque no crean en Dios, hacen lo mismo y dicen: “No, la gente tolerante y de mente abierta están en lo correcto, y los “carcas” y gente cerrada de mente, que son el verdadero problema del mundo, están equivocados

Pero Jesús dice: “los humildes están en lo correcto, y los orgullosos se equivocan” (ver Lucas 18:14) 

Las personas que confiesan que no son particularmente buenas o abiertas de mente se están acercando a Dios, porque el pre-rrequisito para recibir la gracia de Dios es saber que la necesitasLas personas que piensan que ya están bien, que no necesitan un salvador, se están alejando de Dios. “El Señor … se preocupa de los humildes pero mantiene la distancia con los orgullosos” (Salmo 138:6 – New Living Translation)


Cuando un periódico preguntó a varios intelectuales de la época “¿Qué está mal con el mundo?”, el pensador católico G. K. Chesterton escribió una breve carta como respuesta:

Dear Sirs: I am. Sincerely Yours, G. K. Chesterton.”
Lo que vendría a ser algo así como: “Apreciados señores, Yo. Amablemente, G. K. Chesterton.” Esta es la actitud de alguien que ha entendido el mensaje de Jesús.

Aunque ambos hijos están perdidos y a la vez son amados, la historia no termina igual para los 2. ¿Por qué construye Jesús la historia de manera que uno de los 2 es salvo, restaurado a una correcta relación con el padre, y el otro no? (Al menos no antes de que termine la historia.) Podría ser porque Jesús está intentando decir que aunque ambas formas de proyecto de auto-salvación están igual de equivocadas, una es más peligrosa que la otra.  

 Aquí vemos una de las ironías de la parábola. La huída del hijo menor de su padre era algo obvio. Dejó a su padre de forma literal, física, y moral. Aunque el hijo mayor se quedó en casa, estaba en realidad más lejos y alienado de su padre que su hermano, porque no veía su situación real. Se hubiera ofendido en gran manera si alguien le hubiera dicho que se estaba rebelando contra la autoridad y el amor de su padre, pero esa era la realidad.

Porque al hermano mayor le cuesta más darse cuenta de su propia situación, ser un Fariseo del tipo hermano mayor es una condición espiritual más desesperada. “¿Cómo puedes decir algo así?” es lo que la gente religiosa responde si le sugieres que su relación con Dios no es correcta. “Estoy ahí cada vez que las puertas de la iglesia se abren” Jesús dice, en efecto, “Eso no importa.”

Nadie había hablado de esa manera antes…

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